viernes, 9 de febrero de 2007

TERAPIA DEL PERDON




El perdón como terapia
Al considerar el perdón como una virtud se sabrá entonces que no se trata de un acto o fenómeno aislado, sino que por el contrario, se trata de un logro conseguido como meta, que llega después de involucrarse y disponer de emociones y pensamientos que trabajan en pro de obtener un bien o beneficio emocional y terapéutico. Un beneficio que sana a aquel que perdona.

Ahora bien, si es cierto que el perdón se constituye como un proceso, es cierto también que éste no se presenta por sí solo como un acto aútomático o inconsciente. Si tal proceso se define entonces por las acciones que el perdonante lleva a la practica, entonces éste debe ir atendiendo a las propias necesidades, enunciándolas con claridad, para descubrir cuáles son sus direcciones personales y exclusivas que permitirán obtener lo que se desea, en el presente caso, el perdón.Es necesario considerar algunos factores que facilitan su obtención:·POSEER UNA ACTITUD COMPRENSIVA.Una actitud que no será exclusiva para la persona que perdona o recibe el perdón, sino para todas aquellas que le rodean y se involucran con la misma.·MIRAR MAS ALLÁ DE LA ACCIÓN O PERSONA A LA QUE SE PERDONA.De no ser así se incurriría en una acción reduccionista que no redundaría en un beneficio real o ya por lo menos, permanente.·MANTENER UNA POSTURA DE RESPONSABLE SINCERIDAD.Existe una dimensión nueva, es la cuestión de la sinceridad y la honradez en las relaciones humanas, porque la teoria de los lapsus o actos fallidos ha hecho que pierda sentido la excusa de "ha sido sin querer", la acostumbrada para indicar que la intención de uno no ha sido la aparente.Así contemplado, la persona que se involucre en un proceso de perdón, no podrá justificarse a si misma en su renuencia al perdón, alegando inocencia o incapacidad, sino que por lo contrario, podrá confrontársele o atribuírsele la responsabilidad de no querer hacerlo, por la razón que para tal ocasión fuese pertinente.·ACEPTAR QUE HAY PARTES DE UNO MISMO QUE RESULTAN DESCONOCIDAS.Lo que permitirá incurrir con mayor facilidad en un proceso de autoanálisis que luego posibilitará vislumbrar las vías o caminos que redundarán en perdón.Para lo anterior, solo hace falta cierto interes y cierto valor para experimentar verdaderamente lo que ocurre dentro de uno mismo, valor que conlleva a reconocer y luego, a la aceptación para luego aplicarlo.En general, el proceso de perdón se ve posibilitado cuando la persona manifiesta en todo sentido, una actitud de apertura para conocerse a si misma y a los motivos conscientes e inconscientes que la impulsaron a actuar, para perdonar o no, porque después de todo el perdón es una decisión personal, una acción voluntaria, que jamás puede ser forzada.Dificultades para perdonarEs fácil equivocarse o tomar la dirección incorrecta cuando se trata del perdón. Quiza porque hacemos de él un simple acto de voluntad, en lugar del resultado de un aprendizaje; el cual será fácil o difícil, dependiendo del proceso de la persona que pretende perdonar.Trátese o no del perdón, se involucran factores que facilitan o dificultan el desenlace propicio en la obtención de resultados. Entre los que dificultan son:· Interpretar la ofensa, real o supuesta, como lo peor que pudo haber sucedido.· Carecer de motivación personal para lograr un cambio.· Postegar el perdón como una acción futura o inalcanzable.· No dar espacio a sentimientos positivos y mantenerse negativo.




El Perdón...


El perdón ¿es algo divino?


Siempre que hablamos de perdón es muy difícil que no se toque nuestras creencias religiosas, fundamentalmente las enseñanzas de la Biblia que habla mucho del perdón; específicamente el maestro Jesús que dijo a Pedro: que había que perdonar setenta veces siete para alcanzar el reino de lo cielo. Tampoco podemos dejar de lado la ciencia tradicional (psicología), que establece el perdón y el olvido como terapia...


Realmente no debemos aferrarnos ciegamente a todas las enseñanzas de la Biblia, ya que esta ha sido escrita por hombres con un nivel de desarrollo mental muy básico, lo que ignoraban muchas cosas. Lo cual ha dado lugar a los Clérigos de turno a “repararla” infinidades de veces para que dijera lo que ellos quieren que diga. Con relación al Maestro Jesús, tuvo que adaptar sus enseñanzas al nivel de los conocimientos de la época, pues tenia que hablar en un lenguaje tan sencillo, para que lo pudieran entender, de lo contrario no lo hubieran entendido.
Tampoco debemos guiarnos por la psicología, porque esta ignora la mente reactiva, los engramas como trastornos de ella y el ego. Lo cual cuando aconsejan el perdón y el olvido como terapia, lo único que hacen es fomentar el ego y por lo tanto la dramatización de los engramas, porque cuando el ego de la persona aumenta es más vulnerable a los trastornos engramicos. O sea en vez de ayudar al paciente a sanarse, lo enferman más.
Perdón.- según Diccionario Real Academia de la Lengua Española : 1. m. Acción de perdonar, es decir, de remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa el perjudicado por ello. ║ Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.
Tomando esta definición como plataforma genérica, podríamos decir que el perdón es una expresión eminentemente del ego, en un acto de soberbia, por el cual la persona que se considera ofendida, en un gesto de tal magnificación, absuelve al supuesto ofensor. El perdón necesariamente implica una ofensa, o sea que para que alguien pueda perdonar, primero tiene que haber sido ofendido, y nadie tiene el poder para ofender a nadie, a menos que uno le haya dado ese poder; te ofenden porque te ofendes... Es entonces, cuando alguien perdona una ofensa, lo único que está haciendo, en realidad, es sacudirse de la responsabilidad que le cabe por ser su propio ofensor para trasladarla a otro.
Pues, podemos decir, que el perdón es una expresión del ego en soberbia, cuando se le ha dado a alguien la potestad de ofendernos. Perdonar es un acto de soberbia, no de amor. No podemos perdonar desde el corazón, porque el corazón no culpa; entonces, si no hay culpa no hay perdón. Por lo tanto el corazón no va a perdonar aquello que no ha culpado.
Realmente lo que podemos hacer no es personar ni olvidar las ofensas sino simplemente no culpar. No culpar es un acto de amor. Cuando no culpas no necesita perdonar… Y cuando se trata de no culpar, se esta entendiendo y comprendiendo al que trata de ofendernos, eso es la compasión; y la compasión es una de las raíces del verdadero amor…